Entrevista con Slowdive
Shoegaze y dream pop de ensueño
Ocho años tuvieron que pasar para que Slowdive volviera a México, y su regreso nos lleva inevitablemente a pensar en sus orígenes. La banda se formó en 1989 en Reino Unido y, desde entonces, sus miembros han compartido no solo un proyecto musical, sino una vida entera. En sus primeros años, lograron establecerse como una referencia fundamental para el shoegaze y el dream pop.
En 1991, lanzaron su álbum debut, ‘Just for a Day’, el cual rápidamente atrajo la atención de la industria musical. En aquel momento, eran apenas un grupo de jóvenes explorando su sonido, pero ese primer disco marcó el inicio de algo especial. Después, siguieron con ‘Souvlaki’ y ‘Pygmalion’, álbumes que consolidaron su estilo y relevancia.
En 1995, Rachel Goswell, Neil Halstead, Christian Savill, Nick Chaplin y Simon Scott decidieron poner una pausa al proyecto de Slowdive. Durante este periodo, no dejaron de relacionarse ni detuvieron su proceso creativo. Surgió Mojave 3, donde exploraron otros sonidos y matices. Sin embargo, la pausa terminaría en 2014 y aquellos rumores sobre su regreso se confirmarían con su presentación en el festival Primavera Sound de Barcelona. En 2016, sus seguidores mexicanos pudieron sumergirse en su envolvente sonido en el festival NRMAL, un año antes del lanzamiento de su álbum homónimo, que nos trajo temas tan icónicos como “Sugar for the Pill” y “Slomo”.
En 2023 regresaron con su quinto álbum, ‘Everything is Alive’, una obra que refleja claramente el crecimiento y las experiencias que han acumulado a lo largo de los años. A través de sus canciones, transmiten la complejidad de la vida y cómo el cambio, aunque inevitable y a veces desafiante, puede ser también algo positivo y necesario.
El pasado 2 de noviembre, en pleno Día de Muertos, tuve la oportunidad de conversar frente a frente con Rachel y Christian. Ambos se mostraban muy emocionados y agradecidos por el cálido recibimiento por parte de la audiencia y del Festival Hipnosis.
Aunque se trataba de un festival para mayores de edad, la audiencia era diversa. Había padres e hijos, todos listos para sumergirse en el viaje cósmico que Slowdive había preparado, lleno de ternura, nostalgia, melancolía y amor. Es realmente hermoso ver cómo el arte se transmite de una generación a otra, y cómo la música puede convertirse en un vínculo tan especial. A veces, las canciones que los padres comparten con sus hijos terminan definiendo aspectos importantes de su personalidad. Christian, que es padre, contó que él permite a su hija explorar sus propios gustos musicales: “Le pongo canciones de vez en cuando, pero es increíble ver cómo encuentra algo que le gusta por su cuenta. A mi hija, por ejemplo, le encanta Patti Smith, y nunca se la había puesto. Es muy bonito ver cómo [los hijos] descubren a sus propios artistas”, comentó con una sonrisa.
Y es que tiene razón, el hecho de llegar por coincidencia a un artista que se vuelve de tus favoritos es un sentimiento indescriptible, casi mágico. Esto me llevó a reflexionar sobre cómo la música que escuchamos día a día puede tocar profundamente nuestro corazón. En una entrevista para Dazed, Rachel mencionó que algunas piezas musicales, incluso sin letras, pueden ser auténticas obras de arte. Las palabras no siempre son necesarias. Con esto en mente, surge la siguiente pregunta: ¿Qué pieza instrumental les ha conmovido recientemente? “Mmm, esa es una buena pregunta”, respondieron ambos con una sonrisa. Después de un breve silencio mientras exploraban mentalmente su repertorio, ocurrió la siguiente interacción:
Rachel: Me gusta mucho la música instrumental, hay un disco de Hauschka que me gusta mucho, pero no recuerdo cómo se llama. Hace unos años estábamos ensayando en Reading, y Simon dijo: "Ey, tenemos que ir a ver la presentación de Hauschka". ¿Tú fuiste?
Christian: Mmm, no lo recuerdo.
Rachel: Bueno… Neil y yo fuimos, tenía solo su piano en el escenario. Es increíble lo que hace, nunca había visto a un músico hacer lo que él hace. Compré uno de sus discos apenas y [Nick] Chaplin lo pone mucho. La verdad es que su música me parece bastante tranquilizadora y relajante.
Christian: Yo diría que algunos temas instrumentales de Brian Eno son realmente hermosos. En el álbum ‘Low’ de David Bowie, me encantan los instrumentales del final.
Es una fortuna poder sentir tanto a través de la música, que puede llevarnos a un espacio mental de serenidad y paz. En ese momento, me atreví a compartirles que, personalmente, las canciones de Slowdive me transportan a ese “lugar seguro”, especialmente cuando escucho su música en un entorno que potencia esta sensación. Así, surgió la curiosidad sobre cuál es ese lugar o actividad que les brinda paz a ellos.
Entre risas, Rachel comentó que apenas hace diez días se había mudado a su nueva casa, un lugar encantador. Una experiencia intensa, admitió. “Para mí, mi lugar favorito es mi jardín. Amo estar en contacto con la naturaleza en cualquier momento, especialmente en casa. Adoro salir a caminar y escuchar los sonidos que me rodean”, añadió.
Christian, por su parte, también encuentra paz en la naturaleza, pero admite que prefiere despejar su mente con una actividad que le resulta fascinante: observar a la gente. “No es que siempre quiera hablar con las personas, pero me gusta observarlas”, comenta. Pero no se preocupen, no en una forma creepy [Rachel ríe]. A Christian le gusta pasar su tiempo libre en un café o en un bar, simplemente observando las dinámicas de quienes lo rodean. “Yo también lo hago de vez en cuando”, agrega Rachel, compartiendo esa curiosidad por los pequeños detalles de la vida cotidiana.
Christian continúa: “Además, ahora vivo a las afueras de la ciudad, y me da un poco de miedo no ver gente…”. Rachel, riendo, le pregunta si realmente siente ese temor al no tener interacción humana. A diferencia de él, a ella no le molesta pasar un tiempo sin ver a nadie. “A veces no me importa”, admite Savill, “pero de repente me doy cuenta de que llevo rato sin ver a nadie. Durante el COVID, por ejemplo, la única persona con la que podía hablar era el cajero de la tienda. Y eso se sentía muy extraño”, concluye, mientras todos asentimos recordando esa sensación.
Después de conversar sobre esos pequeños lugares seguros, llega el momento de ir cerrando esta breve (pero maravillosa) charla. La naturalidad en el camerino es palpable; entre los músicos se nota una complicidad genuina, y hacia mí proyectan una amabilidad y calidez que hacen sentir que estamos entre amigos. Me nace saber más sobre esta relación tan familiar que han construido, y cómo ha evolucionado junto con los demás miembros de la banda. Así que les pregunto: a pesar de tantos cambios y experiencias juntos, ¿hay algo que se siga sintiendo igual para ustedes que cuando eran adolescentes?
Christian: Siento que todos seguimos siendo los mismos [sonríe].
Rachel: Sí. Quiero decir, hemos tenido un montón de experiencias de vida diferentes en los últimos 30 años, pero en el fondo cuando nos reunimos es como si tuviéramos 19 años otra vez. No cambia. Mi padre me dijo hace un par de años: “Físicamente tengo 80 años, pero en mi mente sigo sintiéndome como un adolescente”. Cada uno tiene diferentes responsabilidades con las que tiene que lidiar. Pero, cuando volvemos a estar juntos... las bromas, las tonterías, las risas y todo eso permanece intacto.
Christian: Así es. Todos asumimos el mismo rol que teníamos desde el inicio. Sigue igual. ¡Y eso es bueno!
No todos los días se tiene la oportunidad de recibir a artistas de este nivel en tu ciudad. Slowdive ha sido una inspiración para muchísimas bandas y músicos contemporáneos, y seguirá siendo así. Para finalizar nuestra charla, les pregunto sobre lo que están escuchando últimamente. Rachel, entre risas, confiesa que suele quedarse en blanco cuando intenta recordar nuevos artistas que le gustan. Christian, por otro lado, menciona su fascinación por la música con muchos sintes. “Aunque, después de tantas giras, a veces al regresar a casa prefiero no escuchar música y dejar descansar mis oídos”, agrega con una sonrisa.
De repente, a Rachel le viene una idea a la mente y comenta que, aunque no tiene un artista en particular en mente, le encanta escuchar podcasts. Le pregunto si tiene algún favorito que pueda recomendar y, con entusiasmo, empieza a hablar sobre uno de sus preferidos: Uncanny, un podcast británico de la BBC que explora temas sobrenaturales, los cuales le fascinan. “¡Es verdad! Hablas mucho de ese podcast”, añade Christian riendo.
Les comparto la breve reseña que Rachel nos dio sobre Uncanny, tal como la contó, para que puedan explorarlo una vez que terminen de leer esta entrevista.
Rachel: Son historias de fantasmas en la vida real. En el podcast hay un panel, donde hay un escéptico, un creyente, un psicólogo, y luego el anfitrión, Danny. Así que ellos escuchan una parte de la historia, la van narrando poco a poco. Después, regresan al panel y dicen: “Vamos a analizar esto”. Y se preguntan: “¿Esto podría ser real?” Es genial, ya van como tres temporadas y me encanta. Van a hacer un evento relacionado con el podcast y más actividades en Londres, y voy a verlos en diciembre. ¡Estoy muy emocionada!