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Entrevista con Sharon Van Etten & The Attachment Theory


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Foto: Devin Oktar Yalkin

Sharon Van Etten se unió a The Attachment Theory para crear un álbum que cambiaría todo lo que conocemos del trabajo previo de la cantante. Este disco se atreve a salir de los estándares del folk para transformarse en un paraíso sonoro de sintetizadores, ritmos inesperados y la conjunción perfecta de sus integrantes. Jorge Balbi toma el control de las baterías, Devra Hoff del bajo y Teeny Lieberson del sintetizador y la guitarra, dando como resultado la teoría de una conversación traducida a música.

Desde hace dos álbumes, Sharon Van Etten buscaba una nueva identidad sónica, algo catártico para su situación, pero fue hasta 2025 que pudo lograr esta liberación. Gracias a una colaboración natural, instintiva e hipnótica, la composición de la artista estadounidense llega a un estado evolutivo. Un pasaje necesario a su trayectoria y experiencia, ahora en unión con colaboradores y, también, amigos. Para conocer más de los cambios radicales del álbum, aprendizajes y experiencias, conversamos con Sharon Van Etten y Teeny Lieberson.


Este álbum fue un cambio total para ti, Sharon, especialmente en la colaboración, ¿cómo empieza este cambio? ¿Qué resultados tuvo? Especialmente ahora que trabajas con una banda, [The Attachment Theory]. ¿Te dio más libertad en otros aspectos de tu música?

S: Gran pregunta. Quiero presentarte a Teeny [Lieberson], ella es parte de esta banda. Ha sido todo un proceso, pues he sido solista y he tenido bandas con diferentes alineaciones durante años, pero nunca había estado tan cómoda para ceder en la composición. Llegamos a este punto mientras practicamos el último álbum, ‘We’ve Been Going About This All Wrong’. Al final de esa semana de ensayo, estaba cansada de escucharme a mí misma. La paleta sonora que habíamos creado era muy inspiradora, quería ver qué pasaría, sin que fuera nada en especial. Terminamos escribiendo dos canciones sin siquiera intentarlo, así que me fui sabiendo que era algo que deseaba para el próximo álbum. Fue liberador, sentí que todos confiaban en mí, todos nos escuchábamos. Tuvo su dosis de retos, pero, al mismo tiempo, era muy natural. 


T: Concuerdo. Cuando estás en este proceso, no es común escribir fácilmente con un grupo de personas, teniendo esa conexión entre las ideas de todos y disfrutando de ellas. Disfrutamos haciendo música juntos. El proceso fue casi perfecto. 



Claro, ahora que lo escucho, soy más consciente de la conversación que crearon en la música. Las canciones tienen muchos detalles, que vienen de un buen lugar de composición. Ahora como un grupo, ¿sentiste que mejoró tu composición? En el sentido de que pudo significar nuevas herramientas para ti como compositora.

S: Pues, normalmente, escribiría sola en mi pequeño estudio y lo escucharía lo suficiente para dejarlo a la imaginación de los músicos de sesión. Básicamente, tendría la forma de la canción, mis melodías y la letra, dejando que los músicos exploren esa construcción. Tienes esta condición llamada “demoitis”, desarrollas tanto un demo que comienzas a apegarte a algo que no está terminado. He estado intentando no hacer eso, bueno, más o menos. Pero, en el proceso de este álbum, fue emocionante estar con alguien en el sintetizador, en el piano, listos para incluir su propio estilo e interpretar las melodías o estructuras de acordes. Me ayudaron a llevar la canción a otro lugar, mientras resolvíamos mis melodías como vocalista. Podíamos construir por partes, empezar desde nuevos puntos, en vez de quedarme yo sola golpeándome contra la pared. Era una conversación natural. Teeny y yo tenemos gustos musicales que se complementan y como cantantes trabajamos bien juntas. Ese aspecto fue muy agradable en todos los niveles de la musicalidad de la banda. 


Para la batería, yo podía decir: “Suena algo así”, y Jorge [Balbi] me respondía: “Claro, puedo hacer algo mejor”. Devra [Hoff] sabía qué tocar de manera intuitiva. Tiene la habilidad de unir las baterías con las voces, mientras explora sus propias melodías en la canción, todo de una forma que yo no podría hacer. 


T: De hecho, he pensado mucho en esto últimamente. Trabajar con Sharon fue muy educativo para mí como compositora. Ella es muy buena implementando espacio en sus canciones, lo que permite mucha comunicación emocional. Contrario a lo que hago yo como escritora y tecladista, siempre quiero llenar el espacio. Es mi instinto meter un millón de cosas en una canción. Es un reto hacer música poderosa, puedes pensar que no es suficiente. Sharon es asombrosa para dejar que algo se asiente y que respire. He estado pensando en esto muchísimo, en qué me puedo llevar de este álbum para mi propio acercamiento a la música. 


Ahora que mencionaste las escenas y los sintetizadores, fue una de las piezas importantes con las que reconocí el cambio. Toma el reflector en todas las canciones. Le otorga una nueva dimensión a las canciones de Sharon. Teeny, ¿cómo incorporaste la dinámica del sintetizador con el estilo de Sharon?

T: ¿Honestamente? Solo pasó. Supongo que fue porque es mi instrumento principal. Era mi intuición diciéndome cuándo tocar. Con el tiempo, estando en Londres, pensaba en dónde encajaba todo, así se convirtió en una experiencia más estructurada. Sabía cuando ya había mucho sucediendo. Esto sonará muy nerd, pero reconocía el movimiento del bajo, esta parte sónica de saber en dónde colocarte. También, como cantante, siento que los sintetizadores complementan las voces. Sharon ya había utilizado sintetizadores en sus últimos álbumes, así que fue una progresión natural. Como no hay muchos cortes en el movimiento, es muy amplio. Eso deja que que las voces floten y se genere una sensación que emulan los sintetizadores, haciéndolo sentir muy cinemático. Son muy dramáticos, por eso amo los sintetizadores.


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Portada: ‘Sharon Van Etten & The Attachment Theory’ de Sharon Van Etten & The Attachment Theory

Me hace completo sentido, sobre todo en el aspecto melódico que mantiene Sharon, esta construcción tomó un efecto de capas. La voz de Sharon es muy hipnótica, ahora con los sintetizadores y la línea de bajo, crea mucho más movimiento. Por curiosidad, ¿en algún punto del álbum sintieron que era muy diferente? ¿Se preguntaron cuál sería la reacción del público al escucharlo?

S: Pues, tiendo a hacerlo. Me gusta escribir y crear, siempre espero que mis fans estén conmigo. Hay un lado inseguro que solo espera que les guste, pero, sin sonar como artista arrogante, no hago música para mis fans. Soy afortunada de tenerlos, pero sé que no les va a gustar cada álbum. Me tomó llegar a mis 40 para entenderlo, aunque duele, es natural. Tienes que hacer la música que te guste y esperar que le llegue a las personas correctas. No quiero perder a mis fans, pero entiendo que cambian. En mis últimos discos, se me han acercado fans a decirme que prefieren mi primer disco, yo solo respondo: “genial, entonces escucha ese”, porque no he hecho nada así últimamente. He evolucionado con los años, cuando ya no pueda oír nada, regresaré a escribir folk. Estos días me inspiran los sintetizadores, las drum machines y demás. Tengo tanto enojo y ansiedad que una guitarra acústica no me hará sentir mejor. 


He pensado mucho en esto porque la gente me pregunta qué quiero que mis fans se lleven del álbum, yo solo espero que se queden y nos den una oportunidad, porque es muy especial, aunque sea diferente.


Yo, como fan, disfruto escuchar esos cambios. La evolución me hace seguir interesada. Así sé que cambias como persona y, por ende, tu música también. Recién mencionaste al folk, hay una canción en especial que me recordó a tu trabajo previo, visto desde una nueva perspectiva: “Fading Beauty”. Es un gran ejemplo de lo nuevo que conecta con tu estilo anterior. ¿Me puedes contar más sobre ella?

S: Por supuesto. Empezaré a responder, pero dejaré a Teeny terminar porque recién habló del espacio. Esta canción sí comenzó una meditación. En cada álbum, especialmente con la intensidad de las canciones, es necesario tener un respiro en su sonido. Es una emoción tan grande, que cada disco debe tener una canción que permita el escucha equilibrarse, aunque sea un tema difícil, al menos puedes enloquecer en silencio o internamente. Entiendo a qué te refieres con la fusión de lo viejo y lo nuevo, las melodías siguen aquí, incluso podrían hacerla una canción folk si quisieran, pero el sintetizador está presente con esta inversiones bellísimas que tocó Teeny. Eso me hizo mantener la canción en el álbum.


T: La forma en que trabajamos esa canción es de mis favoritas. Crecí tocando el piano, acompañando a cantantes, yo misma y mis hermanas, cuando tienes ese espacio, respondes a las voces. Amo esa relación, en la que escuchas y permites que todo tome su lugar. Escuchando a Devra y Jorge, dejando al aire respirar en conjunto. Lo grabamos completamente en vivo, entonces se trataba de escuchar a Sharon cantar y responder a eso en el espacio. Grabar esa canción es una de mis experiencias favoritas, pude tocar el piano y amo hacerlo. Es mucho de llamar y responder, todas las canciones son como nosotros, son conversaciones. Pero, en esta canción nos puedes escuchar animándonos en silencio, terminando la oración del otro, fue muy hermoso. 




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