Entrevista con Sgt. Papers
Poco después del lanzamiento de su tercer álbum de estudio ‘SGTP’, platicamos con Felipe García (guitarra, voz) de Sgt. Papers para sumergirnos en un psych-punk intenso, rápido y con un humor consciente de sí mismo. Junto a su hermano Iván García (batería, coros), este dueto de Hermosillo, Sonora hizo temblar las paredes del Foro Indie Rocks! en el segundo aniversario de Devil In The Woods el pasado treinta de octubre, sin ser la primera vez que lo hacen.
Desde 2017 la banda ha prosperado a su propio ritmo y ahora son una de las figuras claves del punk rock mexicano contemporáneo, y no es para menos. La cercanía y cotorreo que tienen con su público al tocar en vivo es digna de subrayar; mientras que otras bandas se ensimisman al tocar sus instrumentos, los Sgt. Papers interactúan con su audiencia, recordándonos que cada concierto, aunque sea de la misma banda, es único e irrepetible. No por ello su entrega y dedicación al interpretar sus canciones disminuye, por el contrario sus shows son explosivos, como una cachetada en la cara que duele, pero que se siente bien.
En esta ocasión, Felipe nos hace una semblanza de la historia de la banda, nos cuenta acerca de su forma de tocar la guitarra y de sus gustos musicales afines al proyecto, de su experiencia tocando en Joshua Tree, del reciente disco que lanzaron y más, en esta entrevista para Vibras.
Hola Felipe, qué gustazo poder platicar un rato acerca del proyecto y de su nuevo disco ‘SGTP’, felicidades por su lanzamiento. Ahora que ya llevan cuatro años tocando, ¿qué momentos sientes que han sido claves para el desarrollo de la banda?
F: Okey okey, pues sí, así como dices, empezamos la banda hace cuatro años. Mi hermano y yo teníamos ganas de hacer algo, yo traía otros proyectos y creo que mi hermano no tenía ninguna banda en ese entonces. Teníamos ganas de hacer algo más libre, sin tanta preocupación. Yo creo que ese es un primer momento clave: decidir hacer una banda entre nosotros dos y que sea un cotorreo sin mucho pedo. No informal, pero un poco despreocupado. De ahí tuvimos una tocada y luego un par más, estábamos ensayando y a partir de los jams salieron todas las rolas del primer disco, el del nombre bien largo, el ‘Sgt. Papers Lonely Psych Punk Band’. A los nueve meses de que empezó la banda sacamos el álbum, en lo que lo mezclaba y veíamos lo de portada y todo eso, lo armamos y salió en septiembre del año siguiente, de 2017. Estuvo muy chilo porque un mes después nos empezaron a caer ofertas o invitaciones de “Ei, vénganse a tocar para acá”. Como que dentro de un círculo medio indie, muy de nicho a lo mejor, a la raza sí le gustó el disco y nos invitaron Los Blenders al Muertos de Día, el festival que hacían. Junto con otras bandas de aquí de Hermosillo que también estaban lanzando cosas y grabando empezaron a salir más y más tocadas fuera, lo cual estuvo muy chilo, la neta. Era mi tercer o cuarta banda y a estas alturas ya sabes que está muy cabrón que saques una cosa y que le vaya bien así, luego luego. La neta ese primer release nos hizo tenerle fe al proyecto, como decir “Órale, nos puede abrir puertas, a la raza le gusta, a nosotros también nos late”. Nos sigue gustando, es una onda de hacer música como la que queremos y nos gustaría escuchar.
Ese fue uno, después pasó como un año y medio que ya estuvimos tocando en más lugares: salió el Festival Hipnosis, algunos shows un poquito más grandes y sacamos nuestro segundo disco, en 2019. En todos lados dice que es de 2020, pero fue porque cambié de agregadora, como que se resubió pero con otro año. Pero estuvo chingón porque nos volvieron a meter a playlists y así, un chingo de medios y raza pensaba que era estreno wey, entonces nos pusieron en “los mejores discos del 2020”, acá de que digo “no mames”. Estuvo chingón. Con ese disco tratamos de echarle un poco más de… El primero fue muy de capturar el jam y sacar algo a ver qué pasaba; el segundo fue de darle seguimiento y seguir haciendo rolas buenas, pulir y marcar más el sonido y de qué se va a tratar el proyecto este. Lo terminamos como en enero/febrero y yo no sabía, o sea sí sabía lanzar un disco, sabía mandar mails y comunicados de prensa, medio hacer un plan. Pero pues no teníamos mucha lana, la poquita que había nos la gastábamos en el arte. Lo terminamos en febrero y dije “chingue su madre, lo vamos a sacar en mayo”. Hicimos una pequeña precampaña y ya, no fue tanto show. Al disco también le fue muy bien, nos cayeron más festivales y shows por lo mismo, como que más raza nos conoció a partir de eso. No pudimos hacerle ningún video, la neta no es algo que me agüite tanto pero ya últimamente sí veo que ayudan un chingo los videos. Mucha gente escucha y ve música en YouTube o le llegas por lo visual a mucha banda. Y ese segundo disco lo sacamos también así, no diría “a balazo”, porque sí le echamos ganas a poner una fecha y anunciar en redes, pero fue totalmente independiente y sin muchos recursos, digamos.
Un año después nos contactó Carla Sariñana de Devil In The Woods, ella toca con Ruido Rosa y en su proyecto Silver Rose. Antes de que empezara a trabajar en la disquera, me dijo “Oye está bien padre su proyecto, me gustaría hacer unas fechas con ustedes o algo si tienen chance” y le dije que estábamos en Hermosillo y tal, pues no se armó pero ahí quedó la invitación. Luego Carla empezó a agarrar el proyecto de Devil In The Woods en México, mientras se estaba lanzando, y nos invitó a ser parte de la disquera. La neta, en ese momento, como que necesitábamos a lo mejor un impulso o una especie de obligación o algo que sirviera de pretexto para tener un compromiso y sí darle al disco. Porque yo con un estudio y trabajando con un chingo de bandas, también grabando y management y demás, y luego mi hermano con otras dos bandas y saliendo de la universidad y en su otro pedo, a veces puedes dejar esto como proyecto personal, para lo último. Como algo que te da satisfacción pero no le das la seriedad que a lo mejor sí le das a otras cosas que las ves como trabajo. Y ahí vimos dos cosas, primero la oportunidad de hacerlo chilo y darle un poquito más de seriedad y tener un compromiso, tener fechas para lanzar el disco, depurarnos y dedicarle. Eso y también la oportunidad de tener un equipo de trabajo, aunque sea chico, para poder hacer un lanzamiento bien y algunos recursos ahí para poder hacer videos. Porque la neta, como banda está cabrón pagar videos de tu bolsa wey.
Sí, y más si son varios como los que sacaron. Quería preguntarte de eso, previo al lanzamiento del disco sacaron una serie de videos para algunas de las canciones en los que colaboraron con varias casas productoras y compas de Hermosillo. ¿Cómo se dio el proceso para la realización de los videos?
F: Simón. Estuvo muy padre porque, te digo, fue una oportunidad de hacer las cosas diferente: con tiempo y planeación, con orden wey. Que la neta a veces los músicos creen que si le metes orden o disciplina o trabajo ya vas a “matar la música, carnal”, ¿sabes? Estuvo padre, el disco lo terminamos en mayo y nos sentamos ahí con Carla y Patricio de que “A ver, vamos a sacar este pedo en octubre”, porque se supone que en octubre llegaban los viniles, pero esa es otra historia. Hay un pedo de desabasto mundial, de que se están retrasando bien machín, pero ya llegan en diciembre. Básicamente fue de “Más o menos por estas fechas pueden ir sacando sencillos, como mes/mes y medio entre release, para que tu cuarto sencillo ya sea el álbum. Este es el presupuesto que tienen para cada videoclip.” Que no es tanto, pero se puede hacer rendir. Con los Neuderts por ejemplo, que hicieron el segundo video, el de “Sandwich de Monda”, ya habíamos trabajado. Son unos weyes más establecidos, que tienen clientes más grandes y hacen cosas para disqueras como Universal y Sony. Pero son mis amigos y les echo un chingo de paro, les dije “A ver cabrones, tengo esta lana para este video. Yo sé que no cobran eso, es en estas fechas”. Les avisé con meses de anticipación y se armó. Y así, con el primer video que fue el de “Se Siente Bien/ No Es Para Todos”, que es como una onda stop motion, lo hicimos con otros morros de Hermosillo que son más de la edad de mi hermano, más chicos. Medio iban empezando y vi que hicieron un par de cosas para un vato que se llama Daniel Quién y dije “Órale, la neta estos morros traen buen ojo, buenas ideas, ejecutan bien padre y van empezando.” Vimos con tiempo lo del presupuesto y las ideas que teníamos, aceptaron y dijeron “Simón”. El tercero fue con el @homospiritualis (Daniel Alejandro), él es de esos morros que siempre se lleva su cámara a las tocadas y el vato documentaba el festival que hacíamos todos los años, el Posadelic. Tenía años chingando con que quería hacer un video para Sgt. Papers y ya como que yo lo vi más grande, más maduro, ya haciendo cosas bien chilas y le dije “Okey, fierro.”
Con personas que teníamos cerca, que la neta siempre ha estado ahí, vimos una oportunidad mutua de trabajar con gente local nueva. El caso de Daniel, por ejemplo, que no había hecho videos para una banda con tanto público, a lo mejor. No es que seamos tengamos un chingo de followers, pero sacamos algo y de perdida agarra unas diez mil views, una cosa así, ya tenemos algo medio asegurado. Entonces así wey, haciendo todo con tiempo, hablando con la raza y platicando mucho del disco y de las ideas, de cómo nos queremos proyectar. Que no siento que sea nada nuevo de nosotros, es más bien reforzar el pedo que ya veníamos haciendo, nomás que esté más marcado y claro de qué se trata el proyecto de los Sgt. Papers. Estuvo muy padre, la neta me ha gustado mucho el resultado. Un chingo de gente nos ha dicho “Ei, qué pedo, qué pedo, qué pedo con los videos.” Nunca había probado este pedo de estar sacando contenido de forma tan constante, la verdad sí funciona. Sí es una chinga y a lo mejor hasta te puede llegar a distraer de lo importante a veces, que es seguir ensayando y seguir haciendo música, pero es una herramienta bien chila para llegar a más gente. Ahora sí me quedé pensando: acabamos de sacar la semana pasada el último video y ya no hay ningún lanzamiento de videoclip hasta quién sabe cuándo. Entonces qué pedo, ¿cómo hacerle para que no se baje el momentum? Porque este pedo es así como una pinchi bolita de nieve, que si te frenas tantito se apaga. Traemos un par de cosas bajo la manga: la semana que viene sale una sesión completa que hicimos en el Centro Cultural España y vamos a hacer el Vans Channel 66. Un par de contenidos que no son videoclips, pero que son live sessions padres. A ver qué chingaderas se nos ocurren para seguir sacando cosas, porque obviamente nos gusta seguir haciendo cosas nuevas, pero también está cabrón porque el juego ahorita está así: tienes que seguir sacando cosas si no al mes y medio ya estás muerto, eres irrelevante. Entonces por esos dos lados vamos a seguir viendo qué se nos ocurre para darle más vida a esta música que vamos a sacar.
Acerca de las letras, me parece que el humor es un elemento central con el cual tratan diversas experiencias, buenas y malas, de la vida como músicos dentro del rock. ¿Puedes platicarme cómo trabajan con el humor para escribir sus letras?
F: Pues, no es que queramos ser acá, pinche comedy rock. Al momento de intentar hacer letras sinceras- yo hago todas las letras-, uso mucho el humor para hablar cosas difíciles o que son de la verga. Había como dos caminos y uno de ellos era hacer algo todo agüitado y depresivo, porque la neta estuvo bien culera la pandemia. Pero dije “no mames nadie quiere escuchar esto, ni yo”, fue como darle la vuelta a toda esa sarta de pendejadas. Se me hacía que en el proceso de hacer el disco, tener una banda de rock o de punk o lo que quieras, cada día hacía menos sentido en el mundo o en el mercado. “Nadie quiere ver una banda, ni a puros vatos. Nadie quiere escuchar este pedo, ya se hizo toda la música que se podía hacer con guitarra y batería. ¿Qué hacemos?” Eso a lo mejor influyó para tratar de hacer algo un poco diferente de las letras, algo más “self conscious” como banda. Porque está muy ridículo este pedo de poner a los rockeros en un pedestal, y hablar acá como pinshi Greta Van Fleet: que las montañas y que la verga. La neta nadie trae ganas de escuchar eso, igual y tu tío rockero y ya. Fue hacer algo que realmente me interesaba platicar, que nos diera risa y que fuera real a cómo nos expresamos, por ahí le dimos. Va de la línea con muchas de las letras también, siempre ha sido así, sólo que en este disco está un poco más claro, literalmente. Se escucha más la voz que en otros discos- ríe-.
Claro, y creo que va de la mano con lo que me platicabas de seguir puliendo cada vez más el material y los elementos clave de la banda, para llegar a mejores resultados.
F: Sí, es que, según yo como banda tienes de a dos. O de las por la onda de los Beatles, de “vamos a hacer un chingo de discos y que cada uno sea diferente y ahora vamos a explorar esto y ahora vamos a entrarle a las tendencias y así.” O entender que una banda realmente es un concepto. O sea, tú la puedes encasillar, de que: quiero que sea esto, y llevarlo lo mejor que puedas dentro del marquito que tú le pongas, es el trip que agarramos. Te digo, la banda que estaba antes de Sgt. Papers era así mismo pedo de hacer un disco country y luego uno bien psicodélico, tirando a todos lados. Se me hacía que ni siquiera terminabas haciendo un sonido más o menos tuyo, entonces con esta banda es llevar el formato y la cura lo más lejos que se pueda. Lo mejor hecho y pulido que se pueda.
En el álbum encontramos esos riffs que van entre el punk y el garage, pero también la reminiscencia a un rock n’ roll más clásico. Como alternar la quinta nota y la sexta a un ritmo rápido.
F: Ajá, como el blusesito acá, acelerado.
Justo, esa tradición y forma de tocar la guitarra se aprecia en su sonido. ¿Cómo te acercas a tu instrumento a la vez que incorporas tus influencias musicales personales?
F: A huevo. De influencias me gustan un chingo de cosas distintas, en música y en música con guitarra. Mucho de cómo toco en esta banda depende del sonido, de qué suena bien y qué no. Al final somos dos y estoy pasando mi guitarra por tres amplis. Puedes tocar puros power chords, como los Ramones, que de repente suena bien. Pero justamente hay como estas chingaderas en el blues de “trín, trin trín, trin trín…”, cuando metes esa o unas terceras suena muy chilo junto con la cuerda abierta de bajo. Hace que vibren bien esas notas entre sí y suena bien chilo en los amplis, me late y por ahí le doy. En la primera por ejemplo, la de “Ya Levántate”, que tiene como un solo a tres cuartos de rola, es ese pedo. Era un acorde en open tunning y fui metiéndole estas variaciones medio de blues pero que no fueran disonantes, que sonarán bien, bien macizo. Que suene chilo con distorsión, porque hay cosas que en clean suenan bien padre, pero ya le echas distor y si es tantito disonante no amarra. Por ahí le dimos y me gustó wey, está padre mezclar un poquito el punk con ese rocksito. Me gusta mucho lo primero de Motörhead y así, que siento que es como ese pedo: como ese rock del Chuck Berry pero en putiza y bien agressor. En el disco pasado siento que teníamos un par de rolas así, más o menos. La de “Maratón” y la de “No Fui Yo”, que son coros con eso mismo. Yo creo que esa variación del acorde es como el ritmo del reguetón de “tu, pa tu pa, tu…”, siento que el equivalente en el rock es esa variación de la guitarrita también. Como algo ya bien marcado del género, pero pues sí hay que usarlo de maneras que no sea una hueva y que no sea de que “ya escuché esta madre mil veces”. Tratar de alguna manera darle un pequeño twist para que tenga novedad y que esté padre, que no esté aburrido de escuchar.
A mí me late un buen eso, se me hace que de alguna forma es rendirle homenaje a esa tradición fundacional del rock: reconocerla a la par de darle los matices y variaciones que ya son muy suyos, pues.
F: “No negar la cruz de tu parroquia”, dice uno, ¿no? Somos rockeros, ni modo.
Además de esta onda blues y punk, me llamó la atención la parte en “Cachora Chora” que tiene esos acordes medio psicodélicos, que suenan como a los veinte segundos de que empieza la canción y como a la mitad también ¿Puedes contarme un poco acerca del sonido de esa canción y de qué trata la letra?
F: Siento que en esa letra, más que en todas, utilicé mucho slang y regionalismos sonorenses. La neta en este disco, como en todos los anteriores, la letra fue lo último que hicimos. La música de esa rola salió porque estaba probando afinaciones con la guitarra y encontré una que me gustó, que se tocan unos acordes completos, no sé cómo se llama. El chiste es que desafinas la cuarta cuerda nomás, un tono, y suena como un acorde abierto pero invertido, está padre. Lo primero que hice fue esa parte que me decías, y de ahí salió todo lo demás de la rola. La música fue así de “me gustó esta afinación, vamos a ver qué puedo tocar”. Y la letra… Digamos que alguien muy choro en Sonora sería como decir que alguien es muy pacheco, muy marihuano, y cachora es una lagartija. Y pues riman, “Cachora Chora”. Dice “tu mamá trae la plumita y anda bien chora”. No sé si le digan la plumita allá también, pero son estas madrecitas de wax, que son como masking pero de mota. Entonces nomás, quería hacer una historia en que la mamá de alguien en bien chora, bien pacheca. La primera parte es la mamá que va por sus hijos a la escuela pero anda bien chora manejando por toda la ciudad y la segunda es el papá del wey, que anda en el billar con sus compas y anda bien choro también. Es como carrilla de que tus papás ya son más marihuanos que tus amigos, cualquier pendejada. Yo sí sentí que igual y mucha raza no iba a entender qué pedo con el “choro”, pero si explicas que choro es pacheco según yo ya hace clic.
Con el ataque de la plumilla al tocar guitarra, ¿qué prefieres: downpicking o alternando arriba y abajo?
F: Ay wey, es un pedo que… De hecho mi carnal, que también toca guitarra, es super downpicking, pero yo… Hay rolas que son muy rápidas, entonces a huevo tengo que alternar para arriba y para abajo. Yo diría que siempre que puedas downpicking, pero también se me hace una pendejada sacrificar el tempo y que se escuche bien por querer hacer todo downpicking. Por ejemplo, estoy tocando guitarra con su banda Los Diabólicos. Toqué un par de ensayos y sí me dijo “toca todo para abajo”. Como ahí estoy únicamente tocando la guitarra, y literalmente tenía un pedal de drive y uno de reverb y ya, sí podía concentrarme en solamente estar tocando para abajo. Pero como en Sgt. Papers estoy cantando, metiendo y sacando amplis, loopeando y un chingo de cosas más, aparte de que algunas son rolas más rápidas, está complicado. Los dos tienen lo suyo, yo creo.
Sobre esa misma línea: ¿pastillas humbuckers (dobles) o pastillas sencillas en guitarra?
F: Yo le pego al single coil (pastillas sencillas), aunque están suaves las humbuckers. Me gusta mucho mi guitarra porque tiene una opción que te permite cambiar de pastilla sencilla a humbucker, en la primera y segunda posición. De todos modos yo no la uso en la del puente, la uso en la que está en el brazo porque es la que mejores graves me da. Son muy, muy buenos y los necesito para el ampli de bajo.
Es una Peavy, ¿no?
F: Simón, una Peavy T-27. Son las primeras Peavys americanas que sacaron y están bien chilas, son guitarras hechas con muy buena madera y materiales. Porque luego Peavy, en los ochenta y noventa, sacó equipo bien culero. Pero a finales de los setenta tenían guitarras, amplis y bajos bien chilos, la verdad. De esa era es mi guitarra, la descubrí y ahí me quedé. Hace como tres años la cambié por un sintetizador viejo y no me he querido mover, más bien quiero comprar más de esas.
También quería preguntarte de cuando fueron a tocar a Joshua Tree, me parece que fue en 2019 ¿Cómo fue tocar en un lugar que ya es un tanto mítico debido al stoner rock?
Felipe: Sí está “miticón” el lugar wey, la neta. La experiencia estuvo bien padre, de hecho fuimos dos años a ese mismo festival, en 2018 y 2019. Es un festival que hacían entre un vato que se llama Brant Bjork que tocaba en Kyuss, como compas de los Queens of the Stone Age y de la escena de Joshua Tree de los noventa, y un par de piratones más. Llevaban mucho trip stoner, así macizo, al festival, se llamaba Stoned and Dusted. Yo soy muy amigo y trabajé un ratote ahí en El Perro Negro y Tino, el loco que inventó El Perro Negro, se involucró en el festival. Una vez trajo a Brant Bjork a México y como que se hicieron amigos y le dijo “oye, recomiéndame bandas mexicanas” y una de las bandas que les pasaron fue Sgt. Papers y les gustó mucho. Y a huevo, nos fuimos. Hermosillo realmente no está muy lejos de Joshua Tree, te sale igual que ir a Tijuana: unas diez horas manejando, queda más lejos Ciudad Juárez. Nos armamos y estuvo bien padre. El primer año que fuimos yo la neta tenía mis dudas de si la raza nos iba a recibir bien, porque éramos la única banda así: medio garage, punk, quién sabe qué chingados. Todo lo demás era así, stoner acá, denso. Pero nos fue super bien, a la raza le gustó, vendimos todas las t shirts y así. Luego fuimos al año siguiente porque nos volvieron a invitar, y había gente que se acordaba de nosotros del año pasado. Un ruco así wey, con tu t shirt. Lo que se me hizo bien curado de este festival fue que son cuarentones rockers, gente de esa generación de la escena de Joshua Tree que sigue dándole. El público que nos agarró en ese festival fueron puros rucos, y rucas también, lo cual estuvo bien curado porque aquí en México siento que muchas veces nomás van puros morros a tus shows.
Qué buena onda que puedan llevar su música fuera del país, felicidades.
F: Sí wey, gracias. Estuvo curado el haber tocado para un público adulto. Seguiremos ahí ya que nos abran la frontera, echando fregazos a Estados Unidos, a ver qué sale.
¿Cuáles son algunas de las diferencias o contrastes que notas entre la escena de Hermosillo y la de la CDMX?
F: Pues sí es un poquito diferente, pero no en la calidad de la música porque siento que hay bandas bien chilas en todos lados, no influye tanto eso. Yo siento que aquí en Hermosillo, a lo mejor, no estuvimos mucho tiempo conscientes de que podíamos llegar a otros lados o que podías construir una carrera estando en una ciudad que está medio apartada. Muchas bandas se ponen el pretexto o se creen la mentira de que tienes que estar a huevo en Ciudad de México o en Los Angeles, en las capitales, para armarla. Por otro lado, yo lo veo como muy ingenuo para bien, porque a lo mejor en la CDMX como está tan lleno de industria, luego luego puedes agarrar caminos que no están tan chilos. Crees que la manera de hacerlo es salir en pinches ‘Hoy’ wey, o en ‘Venga la Alegría’, o firmar con la disquera más grande. Acá como está tan sin industria y tan virgen, está padre que varias bandas de aquí nos hemos puesto a buscar otros caminos que no son los de toda la vida. Porque en la CDMX no sé wey, pienso en una banda y tienes un primo que ya lo hizo o tienes un vecino que su papá sabe qué pedo, ¿sabes? Como que ya está más amacizado el pedo, hay un caminito y si le quieres sacar la vuelta está más difícil. Aquí está tan jodido todo que lo que sea es ganancia, y creo que por lo mismo a veces nos lleva a lugares padres.
Ya por último, ¿qué planes tienen para el futuro?
F: Ahorita aprovechar este disco nuevo e ir a tocar a los más lugares que se pueda. De aquí a fin de año tenemos gira por México, nos están invitando a unas fechas a Estados Unidos pero todavía no sabemos bien qué onda con lo de la frontera. Seguir toureando y encontrar el tiempo para sacar más música el año que viene, y poder seguirlo haciendo. La neta, al final, el objetivo de esta banda es poder seguirlo haciendo. Que el tiempo que le dedicamos nos regrese el dinero suficiente para poder vivir bien y para poder reinvertir y que la gente con la que estamos trabajando les funcione esta relación de trabajo, poder seguir dándole.