Entrevista con Fat Dog
Movimiento, cinematografía y el caótico paraíso de Fat Dog
La banda británica debutó con el álbum ‘WOOF.’, una puerta a lo inesperado, a la intensidad y las múltiples caras de sus miembros. Formada por Joe Love, su vocalista, Johnny Hutch, en la batería, Chris Hughes, en los teclados, Morgan Wallace, en el saxofón, y Jacqui Wheeler, en el bajo, Fat Dog es la cara de la experimentación para el baile.
Aunque parezca un material conceptual, se trata del maximalismo creativo resultado de pandemia, que ante todo es natural. En sus nueve canciones reúne piezas musicales de cada uno de sus miembros, llevados a un exceso casi paródico y extremadamente visual. Un efecto que se conjuga a la perfección con sus videos musicales y el misticismo que rodeó a una banda que nace en el escenario, sin ningún track en plataformas. Hablamos con Chris Hughes sobre las emociones detrás de un primer álbum, la libertad de no tener un género musical y su amplio rango de influencias.
Primero que nada, me gustaría poner sobre la mesa que esta es una hermosa pieza de trabajo, algo que parece hecho con tanto cuidado.
CH: ¡Oh, genial! Muchas gracias.
Para empezar, ¿cómo fue trabajar este álbum con tantos estilos de música distintos? Digamos, la variedad de géneros, especialmente, con los diferentes ritmos que hay en él. Mientras escuchaba, pensaba en tantos estilos, en tantas influencias, traía mi memoria al presente, de cierta manera.
CH: ¿Sabes qué? Trabajar con tantos estilos diferentes surgió de manera orgánica, porque cada uno de nosotros escucha mucha música diferente. Pienso que, una parte fundamental de esta banda, es que tomamos pequeñas piezas de todo lo que escuchamos. Hay proyectos en donde se nota que fueron influenciados por una banda, suenan justo como esa referencia, pero si tomamos partes de todo lo que escuchamos, entonces, será más complicado para las personas decir: “oh, solo son una copia de esta banda o esta otra”. Coincidimos en que todos escuchamos música electrónica, ese sería el hilo oculto detrás del álbum, pero tenemos algunas piezas más emocionales, tan solo es una mezcla de cosas. Probablemente porque todos tenemos un amplio rango de influencias.
Pensando en todo lo que sucede, musicalmente hablando, con la entrada de “Vigilante” para recibirnos es una presentación completa del álbum.
CH: Es lo que pienso también.
Claro, creo que es la mejor forma de presentarnos a Fat Dog.
CH: Sí, pienso que tener a alguien haciendo este loco monólogo al inicio del álbum es algo divertido, es un poco gracioso, por eso está presente al inicio y al final del disco, lo hace ver como un proyecto conceptual, pero no lo es, solo parece que hay una historia oculta en él. En realidad, no hay concepto, solo queríamos que pareciera que lo tiene.
Sí, me hizo pensar en estos álbumes que caen en ser muy conceptuales.
CH: Exacto.
Me parece que en canciones mucho más emocionales como “I Am the King” traen un sentido de balance en el disco.
CH: Sí, es casi como un interludio.
Justo, es una pieza hermosa.
CH: Sí, de hecho, el álbum no es muy largo, queríamos que el foco de atención continuara, pero como algunas de las canciones son más complejas, necesitas algo que rompa eso de cierta forma, si no, podría ser muy cansado de escuchar para algunos. Es como un interludio más suave en medio de un montón de canciones agresivas, fue muy intencional.
Me pone a pensar en que es su álbum debut, algo tan bien escrito, que es una presentación ideal de su música, ¿cómo te sientes al pensar en tu primer disco? He visto la reacción de su público a los primeros sencillos, la respuesta en sus conciertos, es increíble.
CH: Es muy genial, es un momento en el que todos estamos emocionados, pero también hay muchos nervios, ¿sabes? Es el álbum debut. Algunas personas podrían decir que es muy corto y nosotros pensaríamos que le falta sustancia, siempre está eso presente. También hay un miedo de cómo podrían recibirnos, nos convertimos en una especie de banda enigmática porque no teníamos ningún lanzamiento. En cuanto este álbum esté afuera, podría traer gente que jamás nos había escuchado o podría cambiar la opinión de quien ya nos conocía. Está muy presente esta parte que nos pone nerviosos, no sé cómo explicarlo, pero es como si fuera indeleble. Cuando esté fuera, será extraño saber en qué pensaran las personas. Estoy divagando un poco, pero son esos nervios, sobretodo en que cambie cómo nos ven en vivo, podrían decir: “oye, esto no es como el álbum”, es algo así.
Creo que, por la naturaleza de crear música, podría cambiar cómo reacciona la gente, pero puede ser una experiencia completamente nueva para las personas que ya los conocen. Además, puede crear una historia con la que pueden conectar.
CH: Probablemente tengas razón, es un punto de vista bastante optimista, me gusta, me gusta.
Ahora hablando del lado musical del disco, me parece que toman mucho de la música clásica, de arreglos clásicos, los coros y la ópera, ¿cómo haces funcionar tan natural la electrónica con elementos clásicos?
CH: Fue natural, creo que todos nosotros, especialmente Joe [Love], escuchamos muchos compositores de Halle. Händel, por ejemplo, nos gustaba mucho oír compositores clásicos. Especialmente, música cinemática, soundtracks de películas, somos grandes fans de ellos, como en algunas de las películas de Wes Anderson, con Alexandre Desplat, es asombroso. Obviamente Hans Zimmer, esos tipos son, extrañamente, una gran inspiración melódica y de las partes más orquestales del álbum. Es, como decía, la forma de incorporar todo lo que conoces al álbum. Quieres algo que tenga un impacto emocional, siempre he pensado que la música clásica tiene una gran forma de lograrlo. Ha estado invicto por cientos de años en lograr provocar emociones en las personas.
Ya que mencionas eso, yo creía que el álbum tenía una esencia cinematográfica, especialmente por los videos, pero ahora tiene mucho más sentido. Han logrado incorporar su propio estilo en un género bello como la música cinematográfica. ¿Esto tiene una conexión con crear movimiento a través de él?
CH: ¿Sabes que hay muchas bandas actualmente, especialmente en Londres, que buscan tener a alguien diciendo letras muy confusas? Con capas y capas, que además tienen un fondo de arreglos instrumentales complejos, en mi opinión solo llega a ser como: “mira qué tan complejas podemos hacer las cosas”. Desde el comienzo, como lo planteó Joe [Love], Fat Dog quería provocar que la gente bailara. Es la forma más simple de crear una conexión con la música, es la respuesta instintiva. Cuando lo sientes en tu cuerpo, lo sientes en tu pecho, no en tu mente, no estás analizando la letra, la forma en que recibimos la música es casi un instinto primitivo. Ese era el plan original para este álbum, para estas canciones.
Cuando empiezas a mover el pie sin notarlo, justo.
CH: Sí, claro. Sigo diciendo esto y creo que no le gusta a Joe, pero es música para bailar, no para pensar.
Sí pienso que eso tiene que ver mucho con sus raíces electrónicas, mientras escuchaba este disco pensaba en bandas como Faithless o The Prodigy, ¿cómo se introduce eso a tu música? Me da curiosidad porque veo que intentan reducir a Fat Dog a un género y no creo que eso sea posible.
CH: Sin importar el género, hay mucha música electrónica. Sí creo que las personas lo complican de más, porque la banda no está pensando en eso mientras compone, a veces solo se trata de: “oye, quería componer esto y lo escribí”, no hay una epifanía de donde haya surgido todo. Tan solo te encierras en un cuarto y haces algo, nunca pensamos en un género, por eso no pueden clasificarnos, pero no es necesario hacerlo, si te gusta la música, disfrútala.