Entrevista con Crumb
Crumb, el proyecto conformado por Lila Ramani en la guitarra, Bri Aronow al saxofón y en los teclados, Jesse Brotter en el bajo y Jonathan Gilad tras el drum kit, se ha consolidado como una de las propuestas más frescas del psych contemporáneo. Tras la publicación de dos EPs introductorios entre 2016 y 2017, el cuarteto se aventuraba con un primer material larga duración. ‘Jinx’ (2019) capturó la atención de los críticos especializados, quienes seguirían de cerca al cuarteto de Brooklyn hasta la publicación de ‘Ice Melt’ (2021), álbum que reafirmó los pilares indie dream y loose jazz de la agrupación.
Tras más fechas internacionales –y anécdotas supernaturales– de las que podemos contar, Ramani y compañía se reunirían una vez más para condensar ‘AMAMA’ (2024), su tercer y más reciente material. Del cual nos sentamos a platicar, en compañía de la frontwoman y Aronow, para arrojar luz sobre los eventos, sensaciones y escapes espirituales alrededor del LP. Sin mencionar su próxima presentación como parte del Festival Corona Capital 2024.
¡Hey! Han pasado un par de meses desde el lanzamiento de su LP, ¿cómo se han sentido?
LR: Me siento muy bien. Fue un largo camino hasta aquí y me alegra que finalmente esté disponible. Siempre es un poco raro ¿sabes? Compartir con el mundo algo que has estado guardando por tanto tiempo es agridulce, extraño y bueno al mismo tiempo. Creo que ‘AMAMA’ nos ha llevado a un gran lugar como artistas, me emociona tocar estas canciones y seguir adelante.
Me alegra mucho escuchar eso, Crumb es una de esas bandas que no dejan de emocionarme release a release. Pudimos escuchar “Dust Bunny” y “Crushxd” casi un año antes de que anunciaran el material, ¿cómo coordinaron cada etapa de producción con la diferencia de fechas y tu viaje por Malasia?
LR: Bueno, mi familia por parte de mi papá vive en Kuala Lumpur (MY). He ido varias veces desde que era niña, pero no había regresado desde hacía casi ocho años. Volver en otoño del año pasado, justo después de terminar de grabar el álbum, fue asombroso. Mi escritura toma influencias constantemente de aquello que vivo. El proceso para este LP fue particularmente extenso, comenzamos a componerlo desde 2020 reuniéndonos en distintos lugares. Esto hizo que buena parte de mi vida permeara cada una de las canciones.
Supongo que una de las que mejor representa es la pista homónima al material.
LR: El track que da nombre al disco es, en cierto sentido, una llamada a larga distancia para conectar con mis raíces al otro lado del mundo. Esa fue la idea que guió cada decisión sonora; pensar en mi familia, los encuentros esporádicos a lo largo de estos años, cada uno de esos viajes… Haber vuelto, tras dar forma a “AMAMA”, fue realmente conmovedor.
Creo que recordar de dónde venimos es una vía fácil para encontrar los contrastes en nuestro presente. ¿Qué parte de este material captura de mejor manera los cambios o constantes en Crumb?
LR: Creo que “The Bug” captura ese conjunto de pensamientos que no pueden no acompañarte. Me refiero a la clase de sensaciones que te mantienen despierto por las noches. No siempre pienso en ellos de manera negativa, a veces hay cosas positivas que se mantienen conmigo a lo largo de los años. Es la adherencia sensorial la que está en unos y otros; la que ha hecho de Crumb lo que es hoy.
Es interesante revisitar la canción sabiendo esto de antemano. Hace que esos versos, entre lo hipnótico y lo poético, cobren una nueva dimensión.
LR: Hay más de una canción en nuestro lore que trata temas parecidos; imágenes que han impactado en nosotros con la fuerza para quedarse. Pero este LP bebe de otras líneas, canciones de amor, relaciones, momentos de mi día a día, etc.
Creo que esta apertura a su cotidianeidad es de las más claras al poner el foco sobre lo conceptual. Pero tienen anécdotas que rebasan por mucho lo mundano de la vida musical o extramusical. Leí, en una entrevista, que Bri tuvo una experiencia extracorporal a mitad de un show mientras ustedes improvisaban.
BA: Sí, fue durante un concierto en Dallas durante 2019. El recuerdo de mis manos durante esos momentos se ha quedado conmigo hasta la fecha.
LR: Fue tan especial como suena. Creo que siempre tenemos momentos así sobre el escenario. Nos gusta improvisar captando la energía del lugar, aterrizando cualquier vibras interesante del entorno.
¿Han tenido otras experiencias similares recientemente o a lo largo de los años?
BA: Ninguna tan intensa como aquella vez…
LR: Creo que Jesse tuvo una experiencia similar en Nebraska, casi se desmayó mientras tocaba el bajo.
BA: Lo de Dallas fue realmente profundo y transformador para mí. Recuerdo todo vívidamente.
Pensando en esta clase de sucesos más allá de cualquier marco, ¿ustedes tienen profesan alguna religión o practican de cierta manera su espiritualidad?
BA: Creo que todos tenemos cierta conexión propia con algo superior. No somos religiosos realmente, pero somos personas profundamente sensibles. Personalmente, soy muy cercana a mi espiritualidad. Ha evolucionado conmigo durante toda mi vida.
LR: Diría que existe cierta espiritualidad en nuestra manera de hacer música, yo la siento así. Eso es algo que me ha quedado cada vez más claro al paso de los años: el factor espiritual de lo sonoro. Jamás ha dejado de atraerme, de unirme a todo esto.
Siguiendo esta línea de pensamiento, ¿cómo balancean las obligaciones de lo profesional con búsqueda de significado desde lo artístico?
LR: No diría que tengo una manera en particular de llevarla a cabo. La música en sí es mi práctica espiritual. El lugar al que llego cuando me expongo a través de la escritura es de donde vienen todas nuestras canciones.
BA: Pienso lo mismo. Es aún más claro cuando estamos los cuatro juntos, tocando y creando todos a la vez. Luego lo llevamos sobre el escenario, frente a todas esas personas y…
LR: Se siente como una suerte de meditación extrema y colectiva. Te concentras en ese único momento, dejándote atravesar por cada sensación presente.
BA: Estando sobre el escenario, absolutamente en paz con esa explosión sensorial, es fácil sentir que el público frente a nosotros siente exactamente lo mismo. Como si sostuviéramos el espacio con nuestra respiración. Es la razón por la que la música se siente como algo místico y lejos de todo final.
Creo que es una de las maneras más bellas de ver la experiencia musical. No puedo esperar para verlos en esta edición del Festival Corona Capital.
LR: ¡Allá nos vemos!